Este especial de Stephen King se ha preparado durante mucho tiempo. Creemos que él es el amo de la literatura de terror y ha enamorado a miles de lectores a lo largo de los años. Por eso, os traemos a la persona más indicada para hablaros de él, se llama Ariel Bosi, y se trata de un verdadero fanático de Stephen King, un experto en la materia. Ha tenido la amabilidad de responder unas preguntas para Mientras Lees y, os aseguramos que la entrevista no tiene desperdicio. Esperamos que la disfrutéis; ¡lo haréis si sabéis lo que os conviene!





Hola. Mi nombre es Ariel Bosi, tengo 31 años y soy diseñador de videojuegos y emprendedor. En estos momentos estoy trabajando como sub director de la revista “Insomnia”, soy uno de los dos moderadores del grupo editorial de Plaza Janés en Facebook dedicado a Stephen King, titulado “” y soy uno de los fundadores de la empresa de videojuegos “Goldmine Studio”.


Ya de muy chico (tres años) mi abuelo me contaba cuentos de terror clásicos, tales como “La máscara de la muerte roja” o “El gato negro”, de Edgar Allan Poe, y algunos de Arthur Conan Doyle, Lovecraft y otros, por lo que mi fanatismo por el género surge ya desde muy chico. Y en mi casa, mi madre también era seguidora del género, y ya contaba con un libro de Stephen King desde antes de mi nacimiento (era una primera edición de Salem’s Lot (La hora del vampiro), de editorial Pomaire, en su edición en tapas duras con sobrecubierta). Pero no fue hasta que tuve 13 o 14 años cuando mi madre, durante una cena, contó a grandes rasgos el argumento del libro que estaba leyendo. Era Thinner (Maleficio), y ni bien terminó la cena fui a buscarlo y le pedí si me dejaba leerlo. Tuve que esperar un par de semanas a que ella lo terminara, pero ahí comenzó todo. Si bien no está entre mis libros preferidos, todavía me acuerdo de detalles del libro que, de no recordarlos, harían que viese la obra como intrascendente. Así que se puede decir que estaba escrito que iba a terminar siendo fan de Steve.


3. ¿Cómo empezó todo esto? ¿Te imaginaste alguna vez en esta situación de fan?

Sí, definitivamente sabía que podía derivar en fan, puesto que ya era fan de otras cosas (por ejemplo, de Racing Club de Avellaneda (de ahí mi Nick), el cual es un club de fútbol argentino). En lo que respecta a la literatura, siempre me sentí atraído por los libros, sobre todo aquellos en donde no solo se rescata el contenido, sino el objeto en sí, gracias a su elaboración y producción e historia, ya sea desde el momento en que el autor/artista concibe la idea hasta su publicación, o como llegó ese ejemplar a las manos del dueño. Antes de Stephen King ya contaba con numerosos ejemplares de varios autores clásicos, tales como Edgar Allan Poe, Lovecraft, Alejandro Dumas, Charles Dickens, etc. Respecto a autores contemporáneos, entre los 14 y los 20 años contaba con más de 50 ejemplares de autores como John Saul, Dean Koontz y Dan Simmons. Muchos de ellos ya no integran mi biblioteca, puesto que no es lo mismo leer un libro de John Saul a los 14 años, cuando uno se identifica con los personajes y, salvo algunas excepciones, busca que el libro lo entretenga, que a los ventipico, cuando uno relee el libro y piensa “¿Y esto me gustó a mí?”.
En fin, me fui por las ramas. El hecho es que el fanatismo siempre estuvo latente y presente en algunos focos. Era cuestión de tiempo para que derivara en Stephen King.




La colección comenzó como casi todas las demás: con un solo libro. Inicialmente no me interesaban las buenas ediciones, puesto que ni siquiera sabía de su existencia. Compraba ediciones bolsillo y en rústica como la mayoría de los lectores. Pero en el año 1998, un viernes a la noche conseguí en una librería un ejemplar de IT (Eso), en su edición bolsillo, publicado por Plaza & Janés, colección JET. Recuerdo que pagué $13 (pesos argentinos) por él. Al día siguiente viajé a Capital Federal (ciudad de Buenos Aires) y visité la feria de libros usados de Plaza Italia (una de las ferias más conocidas de usados de Argentina). En el primer puesto pregunté si tenían algún libro de Stephen King, a lo cual el vendedor me dijo que no. Pero ni bien doy un paso me dice “Tengo `IT´”. Le digo “No, gracias”, a lo que menciona que era en tapas duras. La curiosidad mató al gato…y en este caso, le pedí ver el libro. Al dármelo veo que el precio era $12. Era una edición de P&J, colección Éxitos, sin sobrecubierta. Al verme dubitativo, el vendedor me dice que me lo deja a $10. No recuerdo qué me pasó por la cabeza, pero cuando el vendedor me dijo “Ok. Te lo dejo a $9”, los hechos dicen que avancé al segundo puesto del parque con $9 menos en el bolsillo y una bolsa con el bendito ejemplar de IT. A la semana le regalé a un amigo la edición bolsillo y, a pesar de no tener todos los libros de Stephen King, comencé a reemplazar las ediciones en tapas blandas y bolsillo por aquellas que conseguía en tapas duras. Unos años después llegó Internet, un trabajo, la tarjeta de crédito…y el resto es historia fácil de contar. Uno comienza queriendo tener todos los libros, luego pasa a las ediciones en tapas duras, luego las ilustradas, luego firmadas…¡y luego quiere todo! Tal como Hannibal Lecter le cuenta a Clarice cuando esta trata de encontrar al asesino de The Silence of the lambs (El silencio de los corderos), uno codicia lo que ve día a día. Si uno busca en internet las diferentes ediciones de los libros de King, es más que probable que siempre quiera tener más y más.


Jajaja. Es un poco complicado, pero a grandes rasgos tengo, en este momento, 500 libros de él, divididos en ediciones en tapas duras en inglés y castellano, ediciones en tapas blandas (que tengan alguna característica que los lleve a la misma altura de un ejemplar en duras, tales como tener una ilustración que no haya salido en otro libro, o incluir un remarque original a lápiz o tinta de su artista, o estar firmados, etc), copias de críticos (ediciones sin ilustraciones de tapa, solo editados en rústica, que se publican en ediciones muy limitadas y se distribuyen entre aquellos que reseñamos los libros antes de su publicación), ediciones limitadas firmadas por Stephen King, libros en otros idiomas, audiobooks, libros sobre Stephen King, recopilaciones que incluyan relatos y/o ensayos suyos, cómics, etc. Luego tengo aproximadamente unas 100 revistas que tengan material suyo, material de merchandising, remeras, props utilizados en películas, láminas de ilustraciones que hayan sido publicadas en alguna edición particular, posters, películas en dvd, bluray y algunos trailers en 35mm. Luego tengo unos 40 dollar babies, que son aquellos cortometrajes que King autoriza realizar a estudiantes de cine basados en historias cortas suyas (estos los conseguí gracias a que fui el encargado de la organización de un festival de ellos que tuvo lugar en Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina, en Octubre de 2006). Básicamente mi departamento cuenta con una habitación dedicada al autor, con todas las bibliotecas (cuatro en total), un baúl, y un placard. Nueve de un total aproximado de 25 láminas están enmarcadas y colgadas en los diferentes ambientes del departamento.



No podría elegir solo uno…siempre sería injusto. Pero si se me permite, elijo 7:

1) Under the Dome (La cúpula), firmado por Stephen King delante de mí, luego de cruzar unas palabras con él y darle la mano durante el evento de presentación del libro en Dundalk, Maryland, USA. No tiene precio que el mismo Steve me haya firmado el libro delante de mí. Cuando le mencioné que había venido desde Argentina especialmente por eso me dijo “¡Ah, sí, escuché de hablar de ti!”. Luego confirmé que una amiga mía que trabaja en la editorial le había contado un par de horas antes eso. :)

2) Lisey’s Story (La historia de Lisey), firmado y dedicado a mí en la página del título. Un regalo que recibí en Diciembre de 2006 y me dejó mudo.

3) Full Dark, No Stars, firmado y dedicado a mí en la página del título. Otro regalo recibido días antes de navidad, en 2010.

4) Riding the bullet (Montado en la bala), edición japonesa limitada a 2000 copias. Cuando me reencontré con una amiga que terminó siendo mi novia a los pocos días en 2003, le conté sobre mi fanatismo sobre Stephen King y el fetiche particular que tenía con “Riding the bullet”, debido a que el mismo había sido publicado en papel en muy pocos países (en ese momento solo se encontraba en 6 idiomas). Y la edición que más me interesaba era la japonesa, la cual me parecía imposible de conseguir. Bueno, cuando ella conoció la colección (ya estando de novios), tomó nota de cuál faltaba y, a las pocas semanas, durante una cena en un restaurant me dio un regalo. Era ese ejemplar. Luego me contó que lo consiguió gracias a una amiga cuya cuñada era japonesa y justo iba a viajar desde Nueva York a Buenos Aires. Esta cuñada pidió el libro en una tienda japonesa, en NYC, y le trajeron el libro dos días antes de su viaje.


5) La revista Entertainment Weekly con la columna “Oh, the horror!”, por Stephen King. Hace unos años, Stephen King invitó en el foro de discusión de su página web a que la gente publicara algún hecho “de terror” que les hubiera sucedido durante un espectáculo. Yo publiqué uno que viví en un recital en Argentina de la banda alemana Die Toten Hosen. El lugar elegido para el mismo no era el mejor, y nomás la banda sale al escenario, el baterista toma su lugar y, justo antes del primer riff, el escenario colapsa y el baterista desaparece del mismo (por supuesto el recital fue suspendido para el día siguiente.). El hecho es que Stephen King leyó esa crónica mía, le gustó, probablemente le causó gracia y la incluyó en la columna de una revista nacional. Puso: “And when Ariel went to see the punk band Die Toten Hosen (the literal translation, rather funny in itself: The Dead Pants), it turned out to be possibly the shortest concert in history. The drummer managed one riff before the stage collapsed and the entire band went down, clutching their instruments.” No todos los días el maestro del terror lee algo de uno. Menos días aún le gusta, y probablemente es algo de una vez en la vida que lo decida incluir en un escrito suyo.

6) The Dark Tower: The Long Road Home (La torre oscura: El largo camino a casa), firmado y dedicado por Stephen King, firmado por Peter David (guionista), Richard Isanove (colores), Jae Lee (dibujante) y Robin Furth (guionista), incluyendo dos remarques en tinta, uno por Isanove y otro por Lee.

7) Duma Key, remarcado en doble página en lápiz por el artista que realizó la portada, Mark Stutzman, de quien terminé haciéndome amigo y seguimos en contacto diariamente a través de internet (y tuve la oportunidad de conocerlo personalmente en EEUU). Me mandó el ejemplar de regalo para la navidad de 2009 y es, sencillamente, una joya.



Cementerio de animales, en la edición Éxitos de Plaza & Janés, en tapas duras con sobrecubierta. Esta colección (“Éxitos”) es sencillamente increíble y consta de 11 ejemplares (aunque hasta hace dos meses yo tenía registrados 10). El hecho es que, a lo largo de 10 años, fui consiguiendo todos, menos Cementerio de Animales. Alguien en España tenía uno disponible para canje, pero a cambio pedía el ejemplar en tapas duras con sobrecubierta de Insólito Esplendor (Pomaire), el cual poseo pero es muy difícil de conseguir. Por ende, tuve que seguir buscándolo hasta que un amigo lo ubicó en Ebay de EEUU. Así que finalmente se lo compré a un usuario viviendo en Kentuky, USA. Todavía estoy buscando el ejemplar de “Historias fantásticas” de la misma colección, en su edición en tapas duras con sobrecubierta.

NOTA: Ariel nos acaba de notificar que ya ha conseguido "Historias Fantásticas", por lo que ha completado la colección de "Éxitos" de Plaza y Janés.


Creo que aún hoy, más de un año después de ese momento, todavía no caí en lo que fue. Por suerte no me quedé mudo delante de él (me pasó con Arturo Pérez-Reverte, con quien no me salió ni mi nombre al llegar delante suyo). Stephen King actúa de la misma manera en que uno lo imagina al leer algo suyo fuera de la ficción. Es un buen showman, que sabe divertir y llevar al público por donde quiere. Tuve la oportunidad de hacerle una pregunta antes de que comenzara a firmar (le pregunté si iba a haber otro libro de Bachman, a lo cual respondió que, si bien estaba muerto, puede que alguien encuentre otro ejemplar) (pueden ver la pregunta aquí ), y luego llegar delante suyo y que me diga que había escuchado de mí fue simplemente demasiado. Darle la mano y llevarme un ejemplar que firmó a menos de 30cm mío…en fin. Es EL MOMENTO. Lamentablemente las fotos que sacamos no se ven muy bien (hay una fuera de foco y otra, en el momento donde el doy la mano, que alguien tapó a Stephen King), pero bueno…todo no se puede. :)


Sinceramente, no tengo idea. Estoy tratando de hacer un buen inventario de lo que tengo, pero me va a llevar su tiempo. Y tampoco estoy seguro de querer saber cuánto vale. :)



Así es, el merchandising es siempre atractivo, puesto que su objetivo, justamente, es convertir a las personas en clientes. En mi caso no me llaman mucho la atención los ítems que promocionan alguna película, pero sí aquellos vinculados a los libros. Sin embargo, dos de los mejores ítems son promocionales de películas. Uno de ellos es un pisapapeles que contiene una bala de plata, el cual promociona, obviamente, Silver Bullet. Otro es una bola de cristal que, en lugar de nieve dentro, contiene arañas. El mismo se podía conseguir con la compra de la primera edición en dvd de The Mist (La niebla), lanzada por Blockbuster en EEUU. Algunos de los ítems que más me gustan son un mazo de cartas y unas placas identificatorias de metal, ambos de Hearts in Atlantis (Corazones en la Atlántida), un tubo de pelotitas de tenis de Duma Key, y dos fuzzy die (dados de peluche), los cuales promocionan From a Buick 8 (Buick 8).

Fuera de merchandising, pero vinculado en cierta manera como preferidos tengo un “Can-Tah”, el cual es un prop utilizado en la película Desperation (conozco al encargado de todo el escenario y me mandó este Can Tah de regalo), y el auto a escala 1-18 de Christine, el cual hasta prende las luces. :)

Para conseguir el material, la respuesta es bastante sencilla: Ebay. Paciencia, tiempo y dinero completan la formula.





Tuve la oportunidad de hacer dos viajes a EEUU. En el primero de ellos visité Nueva York, en donde caminé por los lugares mencionados en The Dark Tower (La Torre Oscura), teniendo su epicentro en donde “está” la rosa. No me extraña que King haya elegido esa esquina en particular. Es un lugar que trasmite esa tranquilidad que uno incorpora cuando lee a Jake llegar a él, allá por la mitad de The Wastelands (Las tierras baldías). En ese primer viaje fui con dos amigos, y cuando comenzamos la segunda etapa del mismo (aquella en la que alquilamos un auto), fuimos a la casa de Michael Whelan, quien es una increíble persona y nos mostró todo lo que había hecho relacionado a King. Posteriormente llegamos a Bangor, Maine…y aquí que puedo decir…está todo. Desde la casa de Stephen King, pasando por los barrens (IT), en los cuales metí las manos y, mi momento freak, me traje una piedra del mismo. También pasé por el lugar donde comienza Bag of Bones (Un saco de huesos), el cementerio de Pet Sematary (Cementerio de animales) o donde se filmó Graveyard Shift (El último turno). También hay lugares mencionados en Thinner(Maleficio) y, obviamente, The Dark Tower. Me quedaron algunos pendientes que pienso saldar en el próximo viaje: La mansión Marsten (Salem’s Lot) y el lugar del accidente de Stephen King. Luego volvimos hacia el sur, aprovechando para parar en Providence, Rhode Island, en donde visitamos la tumba de H.P.Lovecraft. Continuamos viaje y llegamos a Washington, para luego de dos días comenzar a subir nuevamente, pasando por Baltimore, donde visitamos la tumba de Edgar Allan Poe y, a pocas cuadras de allí, una de las casas en las que vivió. Luego continuamos viaje, parando en Philladelphia, en donde visitamos el monumento a Charles Dickens (el único en el país), y luego llegar al museo Edgar Allan Poe, en donde vivió y está el sótano en el cual, según dicen, se inspiró para la historia The Black Cat. Continuamos viaje hacia el norte, visitando Atlantic City y varias ciudades de Nueva Jersey (visitando lugares en donde se filmó la serie The Sopranos, incluyendo una parada en el bar donde termina la misma. En fin…el primer viaje tuvo bastante de Stephen King, pero fue más variado. Pueden leer la crónica que apareció en la revista Insomnia aquí:



El segundo viaje fue bien King-temático. Viajé con mi amigo Federico Axat, quien es escritor y el año pasado publicó su primera novela, Benjamín, a través de Suma de Letras (por cierto, a los lectores mexicanos probablemente les interese saber que la novela será publicada en México pronto). En EEUU nos encontramos con José Óscar Sendín Hernández, quien es el traductor oficial de las obras de Stephen King al castellano, y con su novia y también fanática de Steve, Silvia Astacio. Juntos recorrimos nuevamente Nueva York, parando en la famosa esquina de 46 st. Y 2nd avenue, visitando librerías, comiquerías, pero por sobre todo, pasando un momento genial. Uno de los días Fede y yo fuimos a la casa de Michael Whelan, en donde conocimos todos sus estudios, tuvimos en la mano los originales de The Dark Tower, y las ilustraciones que hizo para Discordia (lo cual aún era secreto). Nuevamente estar con los Whelan fue como el año pasado y el tiempo se nos pasó volando. Luego volvimos a NYC, en donde al día siguiente vimos a King por primera vez (en el programa “Good Morning America”, el cual se filma en un estudio que da a Broadway, por lo que teníamos a King a menos de 3 metros), luego nos encontramos con Mark Stutzman (el artista que hizo las ilustraciones de tapa de Everything’s Eventual, Duma Key, Lisey’s Story, From a Buick 8 (edición USA) y Cell). Luego tuvo lugar el increíble evento en Dundalk y, por último, el viaje a Colorado y el hospedaje de dos noches en el Stanley Hotel, o como los fans de King lo conocemos, “Overlook”, con toda su historia y el clima tan particular que muestra.


Uno de los puntos más importantes de este último viaje fue que los cuatro la pasamos de manera increíble y desde entonces venimos planeando el reencuentro, el cual esperamos que tenga lugar pronto.



El Overlook es toda una experiencia. El hotel es impresionante, y más considerando que estábamos cerca del invierno y uno puede entender cómo se puede aislar un pueblo debido a la nieve. Si bien el hotel está a escasa distancia del centro del pueblo, no cuesta imaginar cómo King tuvo la idea para el libro. Recorrer sus pasillos es escuchar los crujidos en la madera de sus pisos y recordar la increíble obra que King concibió haciendo lo mismo que estábamos nosotros haciendo en ese momento. Es un poco chocante, al comienzo, encontrar el hotel tan cerca del pueblo. Uno siempre espera verlo rodeado de árboles y montañas.



Conocí a Michael en el primer viaje y me sorprendió lo amable que fue con nosotros. Ese es uno de los aspectos que más destaco de los norteamericanos: son siempre muy amables y correctos. Michael solo me conocía via e-mail por una entrevista que le hice para la revista Insomnia y por haberle comprado algunas láminas, y sin embargo nos invitó a la casa y nos dedicó el día a nosotros. En el segundo viaje ya fue como volver a ver un amigo que hace tiempo que uno no ve. Nos volvió a abrir la puerta de su casa, merendamos con él, charlamos, nos reímos. En fin. Obviamente en ambos viajes nos mostró sus originales de The Dark Tower (y en el segundo tuve la oportunidad de sacarme fotos con ellos y tenerlos en mis manos), bocetos que había hecho…en fin. Michael es tal como uno lo imagina: un artista IMPRESIONANTE y un tipazo. Espero poder viajar a visitarlo nuevamente pronto. :)





Jajajajaja. No sé si considerar que tengo prestigio. Pero realmente disfruto muchísimo estar vinculado al mundo SK. Cuando la editorial Plaza & Janés nos ofreció a Óscar y a mi moderar y manejar el grupo Todo Stephen King, ambos aceptamos más que gustosos, y es un placer trabajar con ello. Cuando comencé a empaparme del mundo King, me encantaba poder estar al día con las novedades, enterarme las noticias y ponerme ansioso cada vez que se anunciaba algo, ya sea un libro, película, evento, o lo que fuera. Y llegar a ser hoy uno de esos medios para que la gente como yo viva lo mismo es impagable. Tanto a través de Todo Stephen King como de la revista Insomnia, es algo que disfruto muchísimo. Y que el mismo King me haya dicho que había escuchado de mí, y que haya escrito algo que me pasó a mí, es algo impagable e irrepetible.


El primer libro que leí de Stephen King fue Thinner (Maleficio). Y si bien no está dentro de mis preferidos, me gustó mucho. Tal como mencioné en otra pregunta, todavía recuerdo detalles que, de haber sido una obra que no me hubiese gustado, no recordaría.


Hay varias, pero entre mis preferidas están la saga de The Dark Tower (La Torre Oscura) e IT (Eso). Ninguna logró hacerme caer lágrimas, pero hay cuatro que me han dejado nudos en la garganta: El final de The Dark Tower, The Dead Zone (La zona muerta), Rita Hayworth and the Shawshank Redemption(Rita Hayworth y la redención de Shawshank) y The Body (El cuerpo). La que menos me gustó es Roadwork (Carretera Maldita).




La que más me gustó fue The Shawshank Redemption (Sueños de libertad). Dudo que haya alguien a quien no le haya gustado esa película. Mejor adaptada me parece que Stand by me (Cuenta conmigo) prevalece sobre las demás. Si bien hay unas cuantas malas, y descartando The Lawnmower man (King mismo ya no figura en los créditos), la peor de todas es Trucks, la segunda adaptación del relato homónimo, la cual es una película para TV estrenada en USA Network (no confundir con Maximum Overdrive, la cual dirigió el propio King y a pesar de ser mala, es divertida y tiene una banda de sonido del carajo)


Como pasa con cualquier libro que uno disfruta en serio, te sentís parte de la historia, ya sea identificado con algún personaje, o como un testigo invisible de los hechos narrados. Los libros de Stephen King, ya sean excelentes, buenos, o malos, son libros que uno va a consumir desde la primera a la última página. Disfrutar cada libro nuevo suyo es experimentar la ansiedad a que llegue tu ejemplar y comiences las primeras páginas y te dejes llevar por donde él quiera, ya sea abrumándote en las primeras páginas (por ejemplo, Under the Dome (La cúpula)) o que sientas la historia susurrada (la primera versión de The Gunslinger (La hierba del diablo). En mi caso es imposible permanecer calmo y neutral con algún libro suyo.


Logró resaltar con ideas originales y madurez constante en sus obras en un género plagado de clichés y fórmulas repetidas. Y cuando se alejó del terror, lo hizo con maestría, tal como se puede apreciar en las tres primeras obras de Different Seasons (Las cuatro estaciones). Y nunca ha dejado de tratar de mejorar y seguir creando, desde hace más de 36 años con sus obras publicadas, y desde hace más de 50 con sus primeros escritos. Se mantuvo siempre fiel a su forma de ver las historias y las hizo sinceras.


20. Por último, ¿qué les aconsejarías a todos esos lectores que aún no se han atrevido a leer nada de SK?

Que no den lugar a los prejuicios de aquellos que nunca leyeron nada y menosprecian un género muy complicado de abordar y a los autores que incursionan en él. Que agarren cualquier libro de Stephen King (cualquiera) y decidan por sí mismos si les gusta o no. Y que no se queden con solo la lectura de un libro, porque creo muy complicado poder juzgar a un autor de más de 50 obras por solo una de ellas. Eso sí…si comienzan con obras como Misery o Cementerio de Animales, calculo que ya quedarán atrapados. :)


¡Muchas gracias a ustedes! ¡Ha sido un placer!